King Carlos III, rey de Inglaterra y el futuro de su monarquía
- Posted by Amy Bell
- On November 5, 2022
Es posible que el ahora Carlos III haya sido dramatizado para el consumo mediático en el pasado como un príncipe excéntrico, y descarriado. Un infiel que rompió un matrimonio real de cuento de hadas, o sea, un príncipe poco apto para ser un Rey con grandes responsabilidades de jefe de estado.
Yo me inclino por otro perfil. De Charles, recuerdo la última vez que me encontré con él en el Palacio de Buckingham cuando presidia un acto oficial de parte de su madre como Príncipe de Gales en diciembre del 2018. A pesar de ser un día de mucho frio, Charles había dado órdenes que la calefacción del palacio se mantuviese baja con el fin de no derrochar energía. En la conversación que mantuvimos me parecio una persona afable y con gran sentido de humor. Además, estaba muy bien informado sobre asuntos de estado, afable.
El tema ecológico ha sido su declarada obsesión temática desde que en 1970 pronunciara un discurso en Gales advirtiendo sobre la polución creciente del planeta.
Este es uno de los temas que la han ayudado a conectar con la sociedad británica moderna, tanto o más que su gran actividad benéfica apoyando el acceso a la educación de jóvenes procedentes de hogares menos privilegiados.
Desde sus tiempos de estudiante en Cambridge, donde estudio Filosofía y Letras, además de actuar en obras teatrales, Carlos tiene entre sus pasatiempos preferidos cuidar de sus jardines, pintar escenas de paisajes campestres, y leer a Shakespeare.
En los días posteriores a la muerte de su madre, sus discursos a la nación y al Parlamento -le gusta escribir y conversar, y lo hace bien- fue un equilibrio perfecto entre lo profundamente personal y conmovedor, y lo inequívocamente constitucional, mesurado pero también poético. Para despedirse de su madre se sirvió de una cita de Hamlet: ‘Que vuelos de ángeles te canten a tu descanso.’
Ha llegado al trono tras una sucesión que ha sido hábil y estratégicamente planeada durante muchos años para evitar cualquier interrupción traumática. Por su parte, Carlos quiere que el Príncipe William, desempeñe un papel cada
vez más importante. Cree que su hijo mayor es indispensable para llegar a las generaciones más jóvenes. También está en marcha un proceso de recuperación para la corona de Enrique y Meghan Markle.
Tanto en lo institucional como lo personal, Camila se han convertido en su mayor apoyo. La que en su momento fue, después de la muerte de Diana, la mujer mas odiada el Reino Unido, hoy goza como reina consorte de un gran apoyo popular. Nadie conoce mejor a Charles que Camila.
Freud tal vez tendría algo decir en el hecho que Camila se parezca tanto físicamente a Mabel Anderson, la niñera que Carlos adoro en los primeros años de su vida, durante los cuales su adre apenas pudo ejercer de tal. Lo cierto es que Charles y Camila forman una pareja muy compenetrada. Ella le ha dado una estabilidad emocional sin la cual su reinado parecería hoy condenado al desastre.
Carlos II no siente la amenaza de un sentimiento republicano profundamente arraigado en el Reino Unido. Él está comprometido con la defensa de una larga tradición constitucional británica, como la separación de poderes entre el jefe del Estado y el Gobierno, y el respeto por la autoridad legislativa de un Parlamento elegido democráticamente. Su reinado ha comenzado con una impresionante ceremonia sagrada.
*Este artículo se publicó el 25 de septiembre en El Pais semanal.
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